lunes, 2 de diciembre de 2013

“Yo no deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas“


¿Por qué tenemos que vivir con el miedo a ir solas de noche, a que no haya nadie a tu alrededor que pueda ayudarte, con el miedo de que pase un hombre o un grupo por tu lado y que pienses que no va a pasar el peligro hasta que se alejen? Porque desde siempre nos han tratado de inferiores. Pero, ¿qué sería de los hombres sin nosotras, eh? ¿Que sería de ellos? Estarían acabados.

Hace un tiempo leí una obra de Aristófanes llamada Lisístrata en la que las mujeres, guiadas por ella, decidieron ponerse en huelga de sexo y abandonar por completo a los hombres para demostrarles el poder que tenían sobre ellos, ya que ellas querían que se acabase la guerra en la que estaban metidos. Y sin duda, demostraron que podían con ellos.
Por desgracia Lisístrata es sólo una obra pero ¿por qué no tomar ejemplo y demostrarles a los hombres que también somos fuertes? Y no es que haya que hacer huelga de sexo, pero sí enseñarles que tenemos los mismos derechos, que podemos luchar igual que ellos, que si nos lo proponemos podemos hacer cualquier cosa. Hacerles ver cuánto nos necesitan y que aprendan a tratarnos con respeto a todas.

Para que nuestro miedo acabe no sólo debemos dar un paso nosotras, sino que debemos recibir ayuda de aquellos hombres que saben que está mal, de esos hombres que si ven a un tío pegando o insultando violentamente a una chica llamarían a la policía o se meterían en medio. Estoy segura de que, si nos uniéramos todas las mujeres y esos hombres, sería más fácil combatir contra esa lacra.

Es muy grave que un solo hombre pueda vivir distraído de esta realidad, pero es mucho peor y atroz si es la humanidad los que pasamos y nos encogemos de hombros.”

                                                                     -Mario Benedetti


Por: Irene Torres.

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